Y definitivamente hay veces en que querer no es poder, y existe la inevitable presencia (y pugna) de otra cosa que nos lo hace entender. Y enamorarte otra vez bajo las mismas condiciones, y repetir, y sufrir los mismos problemas, cayendo por quinta décima vez con la misma piedra. Y llorar lo que ya lloraste. No es elección. Y desde lo manifiesto uno no sufre porque le gusta, uno no fuma porque quiera enfermarse, uno no mira el hilo que lleva a la muerte con una complacencia tal que pueda entender. Pero simplemente no deja de hacerlo. Y gracias a la complejidad de la que somos dueños, nos creamos otra fuerza que nivela el problema, que quiere aferrarnos a la vida. Que busca salvarnos. Y en ocasiones lo logra, y en ciertas oportunidades me permite escribir ésto. Antes de volver a aquello.
Y a esto llamo vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosas palabras..hermosa manera de pensar y poder transmitir..hermosa tambien tu mirada que dicen muchas cosas aunque tu cara no.. No es fácil verlo ..pero si fácil sentirlo! Un beso