Mucho nos despedimos, pero pocas son las ganas de irnos.
Si pudiera haber frenado todo en el momento en el que tuve tus ojitos mirando a los míos,
tus manos rozando mi cuerpo, tus brazos atrapándome entera...
Si pudiera haber parado todo en el momento en que te sentía tan mío,
en el que te tenía cuidándome como siempre, atendiendo a cada detalle.
{Cuando sos así pareces vestir al natural; no esconder nada.. estar desnudo en cuerpo y alma.}
No hay mayor placer. Te pienso, te siento y te tengo como quiero.
La solución perfecta sería congelar el tiempo cuando te hablo y quiero quebrarme,
para no romper con la seriedad del momento,
para que no seques mis lágrimas y calmes todo con un beso.
Encontrar la manera de aliviar el dolor sin que la medicina resulte peor.
Despedida sin salida. Después de ésto no queda nada.
Reconforta la idea de pensar que algo puede cambiar..
aunque no quede rastro de oportunidad.
Te amo. Siempre.
1 comentario:
Guau!.. es muy profundo.. los momentos no se pueden congelar mas alla del recuerdo, que es algo que siempre queda grabado en la mente y en el corazon :)
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