Una duda pesa más que una razón

No es evadir la responsabilidad que me corresponde, es adjudicarte a vos la que por ahí no crees tener. Y yo se que si es tuya, y duele que no te hagas cargo de ella, cuando también trae sus consecuencias.
Molesta muchas veces la indiferencia, la falta de atención, la ausencia de consejos, de enseñanzas. Duele y se siente el hecho de que no estes muchas veces y ni siquiera saber como decírtelo, por miedo a que te enojes, y que al final termine lastimándome más.
Parte del crecimiento también es darte cuenta que la persona que siempre consideraste perfecta en realidad no lo era, entender por fin que se equivoca muchas veces y no sabe ni conoce todo, como ella piensa.
Y hoy éstos silencios se transforman en problemas para mí, problemas que en otros aspectos de mi vida siempre buscaste evitar. Confianza que faltaba a menudo para que nuestra relación sea mejor, confianza -que creo- te pedí de mil maneras, pero siempre te costó.
Necesitaba tu mano para avanzar más de una vez, necesitaba de esa palabra que me de una señal para continuar con la charla, o para comenzar la que nunca inició. Me hacía falta esa pregunta que de apertura a lo siguiente. Necesitaba que me apoyes en algunas cosas, para dejar de esconderme en otras...
También a mi me faltó decirte que más allá de tener el rol que tengo por mi relación con vos, también me di cuenta de cosas que fallaban de tu parte. Me faltó demostrarte que más allá de mi edad, y por más de que seas mayor, yo podía enseñarte cosas que seguramente las pondría en práctica con mis hijos; y ésto no sería por darte lecciones que te faltan.. sino porque esas ausencias a mi me duelen, y me cambian.
Ojalá el cambio del que hablo no sea tan grande. Tengo un poco de miedo. Nadie va a entender y no pretendo, ni quiero, que lo hagan... 

Las bases ya las fortalecí, 

¿por que entonces siempre tuviste tanto miedo?...