Como cambian las cosas con los años. Todo se va transformando. Las prioridades de antes ya no son las de hoy, los miedos tampoco.
Lo que me preocupaba de chiquita era dormirme por la mañana y no alcanzar a ver el dibujito que amaba. Después mi mayor miedo se convirtió en la posibilidad de no aprobar el examen de ingreso al colegio secundario o el no encajar en un grupo determinado. Y hoy mi miedo es no llegar con una materia de la facultad.
Antes amar a alguien era sinónimo de vergüenza, de esconderse, de cargadas. Después pasó a ser el volar pensando en un posible beso, en una palabra. Hoy comienzo a ver de otra manera todo, y amar comienza a significar la entrega verdadera y absoluta. Sin esperar recompensas.


....

No hay comentarios: