Pensó que eran innecesarias y patéticas las ganas de volverlo a ver. Razonó sobre el tema y cuando estuvo a punto de quedarse, un impulso desconocido la llevo a salir de su casa, con un destino fijo, la plaza.
Ya nadie la comprende, porque a ella le cuesta entenderse. Sin embargo cuando está con él se pierde en su mirada, en sus labios; pero evita notarlo. Sabe que no va a llevarla a ningún lado, pero ya no busca lo innecesario. Casi sin darse cuenta aprende a disfrutar el momento y lo de más, llegará a su tiempo.
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