Dar.. es dar.


Muchas veces me escuché hablar del ida y vuelta. ¿Qué es ésto?. Dar para recibir. ¿Por que? porque si no pones de tu parte no recibís recompensa. Y siempre fue así, desde el comienzo de todo hubo una entrega que tubo pendiente una respuesta. Dios dio a Adán y Eva el paraíso, esperando que éstos lo obedecieran, cumplieran la condición que Él había puesto; pero ambos comieron del fruto prohibido y de esta manera obtuvieron su castigo. Porque desde el comienzo fue así: ésto por aquello, eso por lo otro, dar para recibir. ¿Y ésto está mal? depende.. todo depende.
Es lógico que si siempre estamos dando y nos esforzamos por algo, vamos a querer nuestra recompensa. Vamos a desear tener de vuelta eso que tanto nos costó entregar, capaz no lo mismo que dimos, pero si una respuesta, por más pequeña que sea. Sin embargo, por otro lado, deberíamos ver y comprender que la mayor muestra de amor es ésta, dar sin esperar recibir; estar feliz tan solo con saber que dando podes sentirte completo, sin reproches que hacerte luego, sabiendo que entregando te sentís saciado y que no necesitas respuesta alguna para dejar de ofrecer lo que hasta el momento estabas dando. Este tema generalmente lo conocemos junto al amor; ya que en la amistad, por ejemplo, podemos intentar ser amigos o evitar perder lazos con una persona especial, pero en algún momento nos vamos a cansar si no recibimos recompensa alguna. Tiene que haber un ida y vuelta, no puede ser todo individual o personal. Pero en el amor, a pesar de que seamos lo únicos en entregar, no dejamos de intentar y sentir dentro nuestro lo fuerte que es amar, a pesar de que no recibamos respuesta de la otra parte.

La mejor clase de amor es esa que no espera respuesta, la que te hace sentir afortunado de dar todo por el simple hecho de amar, de no sentirte mal, ni cansarte de entregar.



1 comentario:

Gastón Tognola dijo...

Muy bueno lucree!