¿Pensarlo como justo o injusto? Como si fuera una cuestión de números, de exactitudes. Absurdo. Como si con lo nuestro, en más de una oportunidad, no nos hubiera sobrado cuando el resultado debería haber sido menor. O viceversa. Digo, como si nunca nos hubiera faltado para llegar a lo ideal, a lo esperado (¿a lo deseado?).
¿Lo ideal?, ¿y como entenderlo?, ¿cómo saber de que trata? si miles de veces sentí explotar de felicidad. ¿No tendría eso el derecho de equivalencia con lo máximo de lo máximo? Seguramente estoy exagerando, seguramente es así. Pero es que no me quedan dudas de lo que fuimos, y no creo que exista algo mejor. Para nosotros, en ese momento. Para vos y para mi, cuando no entendíamos. No es que ahora tenga en claro todo, pero creo que me encuentro en un lugar más seguro, en un sitio donde me lastimo menos. Y es suficiente con eso.
Y recordar tu risa, y el sonido de las olas en el mar. Y acordarme del sinfín de complicidades y de todo lo que quedó allá. Si hablara algo de eso que no habla.. pero solo vos y yo sabemos.
Ese rato antes de irnos a dormir, los desayunos y las peleas por quién se bañaba primero. Las comidas y las noches en la playa. Tu perfume viviendo conmigo y en mí. Las excursiones, la música, los amaneceres. Nuestros paisajes.
Son nuestros.
Y si hoy conozco de la sutil diferencia entre acostarse y dormir con alguien, es por vos. Por vos y por las tantas noches en que dormimos tocándonos la punta de los dedos, y éramos felices. Tenía sentido levantarse junto al otro. Y lo sabes más que yo. No se compara al vacío de la descarga a la que no le sigue nada, de nada. No existe sentimiento. Y me lo decís haciendo referencia a muchas. Hasta siento algo de lástima por ellas.
Porque caprichosa, desastrosa, insegura, histérica, atrevida e infantil, vos me querías así. Porque yo te elegía en iguales condiciones, indefenso desde el comienzo. Y porque intentamos curarnos de la vida y pagamos con el precio del amor, es que te debo tanto.
El lugar que tenes en mi vida no te lo saca nadie, el lugar que me gané en la tuya se ríe de todo lo demás.


"Amor mío, no te quiero ni por vos ni por mí ni por lo dos juntos, 
no te quiero porque la sangre me llame a quererte, 
te quiero porque no sos mío, porque estás del otro lado, 
ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, 
porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, 
no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, 
hay horas en las que me atormenta que me ames." 
(J. Cortázar)

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