01/09/12

"Casi podía imaginarse la situación. Con unas cuantas copas bebidas de arriba, quizás por despecho o por buscar una salida; no supo cómo ni cuando, ignoró el momento y las causas (que en verdad sobraban), y terminó con él. Esa maldita manía de volver a él, como si su mundo terminara ahí.
Cuando ya no entendía nada y lo único que distinguía era ese lugar, donde tantas veces fue de él, donde creció y conoció millones de cosas; todos los motivos y las excusas comenzaban a desaparecer. Estaba acostada en aquella cama sin poder abrir los ojos mientras escuchaba que él hablaba y preguntaba cosas que ella no podía responder, fue otra más de esas veces en las que las palabras no emergían y su corazón se desprendía.
- No voy a aprovecharme de vos porque estes así, con vos no. - dijo él.
Ella siguió con los ojos cerrados y el ceño fruncido, la luz de la pieza encandilaba.
- ¿Que queres? - volvió a preguntar él.
Esta vez ella logró levantar su cabeza de la almohada, eliminando así los cinco centímetros que separaban su boca de la de él, y lo besó. Lo besó apasionadamente, como nunca antes, hasta que él se frenó:
- Basta. Ésto no es lo que necesito de vos. - mientras se arrepentía a cada segundo por retardar lo que más tarde iba a llegar.
Ella se separó unos centímetros de nuevo, por fin abrió los ojos que estaban llenos de lágrimas y le dijo mientras temblaba su voz:
- ¿Y QUE necesitas entonces? - estalló en mil lágrimas.
- ¿Por qué lloras mi amor? - y la abrazó con todas sus fuerzas.

.. Eran de esos abrazos con todo el cuerpo, que no permitían nada más.... "


Todavía duele.
Y siempre va a doler.

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