Tu amor tiene ese poder

Quererte se me hizo rutina. Pero de las lindas. De esas que comienzan cuando nos levantamos y me llamas o te escribo. Siguen con charlas de mediodía que permiten sentirte más cerca. De las que al salir de casa me aseguran el llevarte conmigo, aunque no te vea caminando al lado mío.
Son de las rutinas que se pintan en los detalles de cada día, en las calles de la ciudad, en la gente y su actuar. Porque en todo puedo verte y cuando la vida quiere sonreirme un poquito más, puedo abrazarte y sentir que el mundo termina en ese lugar.
Esas rutinas que al llegar a la noche se tornan pesadas y que al irnos a dormir, la mejor manera de descansar es un llamado. Escuchar tu voz, tu risa; imaginarte al lado.. y pensar que me estoy enamorando.
El caminar con vos, la mejor bendición. Compartir todo este amor,
en una sola rutina para dos.


No hay comentarios: