A las penitas no dejes entrar

No vivo amargada como las personas que visitan este sitio y no me conocen, deben pensar. Me da hasta gracia imaginarme que podría pasar mi vida triste o no disfrutar de ella solo por una persona. No, no es así (y jamás sería de esa manera).
Es cierto si, que de seguido me deprimo, que muchas veces tengo que fingir cuando estoy mal, solamente por no saberme explicar. Es verdad que me paso los días recordando y que la nostalgia se volvió íntima amiga mía. No se equivocan al pensar que muchas veces me cuesta mejorar; ni es mentira que vivo cuestionándome cosas absurdas, que soy muy problemática y testaruda. Eso es verdad, pero no me vengan a decir que soy la única persona que pasa por ésto. Más de uno de ustedes que me está leyendo, alguna vez vivió un amor inolvidable, cosas que no se superan, momentos que te bajonean. Pero no por esas razones vamos a vivir en el pasado, no significa que siempre estemos amargados, ni que nuestra existencia se sostenga sólo de batallas perdidas, de errores y sacudidas que alguna vez nos dio la vida.
Pero éste es mi espacio, mi forma de expresarme, donde guardo parte de lo que soy, lo que me gusta hacer. Generalmente acá me muestro con más intensidad en los días en los que estoy mal, como si fueran esos momentos los que me impulsan a escribir, a demostrar lo que siento. Porque cuando transito por días felices, es suficiente con vivirlos, no gastar ni un ratito en escribirlos. Pero cuando estoy mal, parece que a las palabras le crecen patas, vienen corriendo y se ensartan sobre las entradas de éste blog, que soy yo..

Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor.
Tus tiempos son tuyos.

No hay comentarios: