No se si fuiste vos el que me dejaste o yo la que me alejé. Me quedan dudas todavía, porque a mi parecer, todos encontramos nuestro verdadero lugar
cerca de alguien. Desde ese momento queremos pasar el resto de ellos cerca de esa persona, porque a su lado fue donde hallamos nuestro hogar, donde nos sentimos bien, donde deseamos quedarnos para siempre y no volvernos a perder. No nos queremos alejar más, una vez que encontramos a la persona que pasa a ser nuestro centro de estar, nuestro lugar dónde dejar todo de cada uno, ese sitio que nos da la confianza suficiente para depositar lo que somos, sin tener miedo de salir perdiendo. Como si éste fuera una casa en la que guardamos muchos muebles, todo eso que compramos y no queremos extraviar, nuestro gran esfuerzo, trabajo y dedicación, lo que decidimos ubicar en esta casa tan especial.
No logro descifrar si fuiste vos el que te alejaste, o yo la que te dejé ir.
Si te perdí, o vos a mí. Quizás solamente pasó que me alejé y extravié la dirección. A partir de ese momento no pude volver a encontrar otro lugar donde sentirme mejor, donde volver a hallarme tal y como soy, no logré alcanzarte más, no volví a sentir la comodidad, confianza o bienestar para poder dejar todo de mi, en algún otro lugar.
Es que sos vos, el
único sitio donde me gustaría estar, el depósito de todo lo que fui, de lo que soy y de lo que voy a ser, en un tiempo después. Por eso, espero volverte a tener;
(si cambiaste de dirección, avisame dónde te encuentro otra vez). Si te olvidaste de quién soy o de donde está la ciudad, llamame y te vuelvo a enseñar. Si buscas regresar, aparece nomas, que te recibo nuevamente, sin dudar.

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