Futura universitaria

Una etapa no muy fácil en mi vida.

Ya podía imaginarme con miles de libros bajo el brazo, a cientos y cientos de kilómetros de mi hogar, de mis amigos, de mi novio. En una casa con otras estudiantes que estarían en mi misma situación y muy probablemente sintieran lo mismo que yo.

Ya podía verme relacionándome con gente nueva, preguntando direcciones desconocidas y hasta imaginándome mi cara de desesperación cuando el primer día de facultad en Rosario no supiera donde ir, ni con quién partir.

Sola, con miles de cosas en la cabeza y con la única posibilidad de alzar el teléfono y discar un número que me permitiera escuchar una voz cercana que me haga sentir mejor, o compartir las nuevas sensaciones encontradas con alguna de las personas a las que conocí desde que nací, porque siempre estuvieron ahí.

Ya podía imaginarme en ese mismo lugar durante meses, aprendiendo a crecer a la fuerza, acostumbrándome a todo y saboreando el gusto de vivir sola. Independiente. Totalmente independiente.

Y con responsabilidad y mucho esfuerzo, ver correr los años; ya hechas mis nuevas amistades, sentirme feliz de haber elegido cursar la carrera allí.

Venir de vez en cuando a visitar y aliviar nuestros dolores, los de abrazar y no poder, (por no estar). Vivir otra realidad, pero que al volver, todo sea como antes de partir.

Y el tiempo ayudaría a afrontar el cambios, por ambos lados. No sería tan complicado..

.. pero por algo no se está dando.

Y confío en sus enseñanzas, en sus razones, en sus miedos y temores. Teniendo la posibilidad acá, no voy a complicarles tanto, quizás dentro de unos años.

La vida no sería apasionante si no tendríamos la posibilidad de elegir y hacernos cargo de las elecciones. Hoy elijo por algo muy importante, y en un tiempo voy a apreciar las consecuencias (espero, buenas) de mi elección.
Gracias por siempre quererme mejor.

(aunque cueste, se como soy).