Impuntualmente puntuales

El tiempo cumple una función principal. La vida se mide en intervalos, en días, meses, años.

El tiempo ayuda a superar, a olvidar, a cambiar. A reflejar, a demostrar, a concretar.

El tiempo es sinónimo de crecimiento. Siempre avanza, nunca retrocede. Va para adelante y no se arrepiente.

El tiempo es el motor que nos impulsa, no espera, nunca frena. Deja secuelas, marcas imborrables que señalan que pasó y en nosotros quedó. El tiempo es viejo pero todavía no se siente satisfecho, por lo que se sigue dividiendo.

Y ayuda a olvidar aquellos besos, esas miradas, esos momentos. Pasa y con él lleva todo lo que fue, dando lugar a lo nuevo y a lo que busca ser.

¿Nos tomamos el tiempo necesario y proyectamos?
,
"No me caben dudas de que quiero esta felicidad,

por el resto de mis días".

No hay comentarios: