Tú no tienes la culpa de las cosas que no valen, tú me haces bello el retorno y eres más bello que nadie. Tú no tienes la culpa, si te pierdes el baile; tú me haces bello el desastre, si quisieras perdonarme. Yo no tengo razones, pero me da coraje; no quiero que te roce ni un solo fleco de este aire.
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