Nadie tiene una vida perfecta y la razón es simple: no existe la vida ideal.
Muchas veces me puse a pensar sobre lo que acostumbramos decir, casi ya sin darnos cuenta, de que a la vida le falta una cierta cantidad de cosas para ser completa. Cosas que nosotros, las personas, queremos que tenga. Porque somos ambiciosos, está en nuestra naturaleza de ser humanos querer poseer más de lo que tenemos. Entonces entramos en este planteo: "Mi vida es imperfecta, me falta ésto, quiero aquello y no lo tengo. ¿Pero por qué? si lo merezco." Díganme ustedes si no son muchas las veces que repetimos esa frase. Son tantas las oportunidades en las que descuidamos lo importante, para reprocharnos esas cosas que carecemos. Estamos pendientes de todos y cada uno de nuestros deseos y no paramos hasta complacerlos. Y no digo que esté mal, al contrario, me parece perfecto que hablemos de personas poco conformistas que buscan ir más allá de a dónde llegaron; pero no confundamos los casos. Es preferible tener lo que se puede poseer, aspirando siempre a más; pero no seguir el ritmo de una vida llena de reproches, los cuales nos amargan y hacen que no valoremos lo que tenemos, dejando de lado las grandes o pequeñas cosas que importan.
En fin, creo que la vida viene como un envase vacío. Nosotros mismos lo vamos llenando con lo que queremos que lleve dentro, lo que contenga el envase somos nosotros, porque fuimos quienes lo constituimos. Se nos van a presentar miles de oportunidades para conseguir lo que necesitemos para rellenar el vacío dentro de la botella. Pero las cosas no van a venir solas, no vamos a tener todo servido. Si sería de esta manera, no valdría la pena luchar por lo que uno quiere conseguir. En la vida vamos a conocer muchas cuestiones sin resolver, pero si sabríamos todo tampoco tendría sentido vivir, sin sorprendernos, cada día un poquito más.
Para meditar..
La vida puede ser perfecta, depende de que lo que vos entiendas por perfección y considerando que debes formar la vida a TU manera, porque sólo vos vas a saber hacerla perfecta.
"Cuando Dios quiere enloquecer a alguien, satisface todos sus deseos". (Paulo Coelho)
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